Una de las opciones para conocer un poquito mas la ciudad es acompañarnos en la Ruta del Hereje….y para que vayas apretándote el zapato vamos a hacer un breve resumen de lo que te espera.
En 1998 Miguel Delibes publicó su novela El Hereje y con ella nos embarcó a todos a conocer un poco mejor la historia de la ciudad de Valladolid, incluyendo a sus propios habitantes, que ya se sabe que a veces lo mas cercano es lo más desconocido…
Tal fue el éxito de aquella novela, que al poco tiempo se puso en marcha esta ruta que nos ayuda a entender aquellos años convulsos en nuestra historia y a imaginar la estética que debió tener la ciudad del Pisuerga. Si no eres de Valladolid, te invitará a pasear por zonas algo menos turísticas pero de gran importancia en nuestra ciudad y seguro que acabarás leyendo El Hereje.
Cipriano Salcedo, su protagonista, nace en la Corredera de San Pablo, actual calle Angustias, en 1517 y ahí al lado es dónde comenzamos nuestra ruta, en la Plaza de San Pablo, para muchos la más representativa de la ciudad, con permiso de la Plaza Mayor. Continuaremos hacia la Plaza Santa Brígida, dónde nos encontraremos el Palacio del Licenciado Butrón, abogado de la audiencia del s. XVI. Y es que el padre de nuestro protagonista, Ignacio Salcedo, era oidor de la Real Audiencia y Chancillería, a si que el mundo de las leyes y los letrados debía estar en nuestra ruta.
Y además ya estaríamos en lo que debió ser la milla de oro de aquel Valladolid del XVI, dónde moraban banqueros, mercaderes italianos, nobles…Pocos restos de aquello, pero si el Palacio de Fabio Nelli, actual Museo de Valladolid y el Palacio de los Condes de Benavente, hoy Biblioteca Municipal. En la novela, Cipriano estudiará en la Cofradía de San José de los niños expósitos, sita hipotéticamente en la Plaza de La Trinidad. Y en las inmediaciones de esta plaza es dónde se encuentra la que fuera la judería, dónde Cipriano tuvo su almacén de lanas y desde dónde partían hacia Burgos atravesando el Puente Mayor, el único que cruzaba el Pisuerga en esta zona.
En la Calle Santo Domingo de Guzmán se asienta el Convento de Santa Catalina, de monjas Dominicas implicadas en el proceso del Doctor Cazalla junto a los Conventos de Santa Clara y Santa María de Belén. Muy cerca además, verás el Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano. Allí esta lo que queda de La Capilla de los Condes de Fuensaldaña, lugar en el que fue enterada Doña Leonor de Vivero, madre del Doctor Cazalla, y en su casa fue dónde se celebraron las reuniones de los luteranos. Hoy aquella casa no se conserva, pero el nombre de la calle dónde estaba es actualmente Doctor Cazalla.
En el entorno también tenemos otros lugares que tienen que ver con la vida de Cipriano. En las inmediaciones de la Plaza de Fuente Dorada estuvo el Hospital de los Inocentes o de los Orantes, lugar en el que fue ingresada la mujer de Cipriano cuándo ésta enloquece.
Pero también sitúa la Taberna Garabito, dónde Bernardo Salcedo se tomaba sus vinos, porque ya en aquel entonces sabíamos de vino en la ciudad. Por aquí pasó ademas el cortejo de reos desde la cárcel secreta de la Inquisición hacia la Plaza Mayor.
Porque nuestra Plaza Mayor no podía faltar, ni en la novela ni en nuestra historia. Cómo tantas otras era la Plaza del Mercado, dónde se celebraban todo tipo de fiestas, tanto religiosas como civiles, y dónde tuvieron lugar los Autos de Fe. Sufrió un incendio en 1561 y en seguida se procedió a su reconstrucción diseñada por Francisco de Salamanca por orden de Felipe II.
Tras los Autos de Fe podían pasar dos cosas…o que volvieras a la cárcel con una larga y penosa condena de penitencia o que te montaran en una borriquilla para atravesar toda la actual Calle Santiago hacia el «quemadero». Siempre vestidos con corozas en la cabeza y sanbenitos en el pecho, para mayor escarnio público si cabía.
El «quemadero» de Valladolid se encontraba justo a la salida de la Puerta del Campo, extramuros de la ciudad y actual Plaza Zorrilla. Aunque lo mas habitual era que los reos fueran ejecutados a garrote antes de quemar sus cuerpos, en ocasiones fueron quemados vivos en la hoguera. Al acabar todo, se recogían las cenizas y se «ventilaba» queriendo borrar todo rastro casi con un «aquí no ha pasado nada».
En Valladolid se celebraron dos grandes Autos de Fe en 1559, uno en mayo y otro en octubre. En torno a ellos gira la novela. En mayo fue condenado y quemado el Dr. Cazalla, aunque también fueron a la hoguera los huesos de la madre del doctor y la estatua de otro juzgado. A aquel auto asistió entre otros el príncipe Carlos, los consejos, prelados y todas las corporaciones. En octubre de ese mismo año se celebró la segunda parte del anterior, con la presencia de Felipe II y la mayoría de su corte, juzgándose a cerca de 40 personas de los que 13 fueron a la hoguera. Al parecer, más de 200.000 personas llegaron a la ciudad para presenciar el auto.
Pero…¿Y Cipriano? ¿qué fue de él?
Tendrás que venirte a La Ruta del Hereje para saberlo…